Con resignado dolor, Gil de Biedma se lamentaba de que la vida iba en serio, que nunca volvería a ser joven, que envejecer y morir era el único argumento de la obra. A Gonzalo Montiel, director de Gestión Cultural de La Nau, una de las personas clave en la recuperación del patrimonio industrial del Port de Sagunt y, por encima de todo, un amigo, le arrancaron la vida sin dejarle terminar el argumento. Esta semana falleció inesperadamente, como por equivocación. Tenía 47 años. Y a Elena, su esposa, a las pequeñas Martina y Olivia, sus hijas, a sus amigos de siempre, nos rompe la pena pensar que, a diferencia del poeta, Gonzalo nunca podrá ser viejo.
Nos queda mantener vivo su recuerdo. Su compromiso intelectual, social y político, su vocación de activista cultural, marcó la vida de este hombre nacido en el Port de Sagunt en 1968. Vinculado al mundo de la comunicación desde muy joven, Montiel inició su trayectoria profesional como periodista en el diario Levante-EMV, realizando su trabajo en la comarca del Camp de Morvedre entre 1991 y 1994. Sin embargo, su gran pasión fue la Universitat de València, donde en 1991 se licenció en Filología Española, una formación que completó con estudios de Comunicación que le llevaron en 2008 a doctorarse con una tesis sobre Políticas de juventud y comunicación en España. Juventud y sociedad digital.
En 1994, Montiel comenzó a trabajar en la Universitat de València como responsable técnico del Centre d’Assessorament i Dinamització dels Estudiants. Desde 2005, compaginaba su trabajo técnico con la docencia como profesor asociado en el departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I de Castelló. En julio de 2011, asumió el cargo de director de Gestión Cultural de la Universitat de València. Junto con su compañera, Elena, formó parte del Grupo Investigador Multidisciplinar en Violencia de Género.
Pero resulta imposible comprender la vida, la corta vida de Gonzalo Montiel, separada de su compromiso social y político, su vocación de activismo cultural, su militancia de ese territorio que le vio crecer: el Port de Sagunt y muy especialmente su patrimonio industrial. En 1995 formó parte del grupo impulsor del Colectivo La Compañía, pionero en la reivindicación del legado histórico y patrimonial vinculado a la antigua siderúrgica de Altos Hornos del Mediterráneo. La iniciativa fue crucial en la gestación de la coordinadora que, bajo la consiga Gerencia Pública Ya, logró articular en torno al patrimonio industrial, el mayor movimiento social vivido en Sagunt desde la reconversión industrial. Para él, recuperar colectiva y democráticamente el espacio patrimonial era una forma de rescatar la memoria, o lo que los mismo, construir colectiva y democráticamente el futuro.
Su aportación fue igualmente básica como comisario para la puesta en marcha de exposiciones como Reconversión y Revolución. Industrialización y Patrimonio en el Puerto de Sagunto (2000) y Jóvenes obreros en el paraíso: fotografía e industria en el Puerto de Sagunto 1940-1975 (2011). En la actualidad, Montiel era uno de los promotores de la recién constituida Asociación Memoria Industrial y Movimiento Obrero, entidad desde la que colaboró en la organización de las Jornadas de Patrimonio Industrial Valenciano. Participación, memoria y patrimonio industrial, celebradas entre el 25 de septiembre y el 27 de octubre.
Su implicación cultural e intelectual estuvo basado siempre de un firme compromiso político que le llevó a ser militante de base de Esquerra Unida del País Valenciano. Una implicación que le llevaría también a colaborar con proyectos culturales tan a contracorriente como la Companyia Hongaresa de Teatre. Eterno aspirante a bon vivant, feliz junto a sus amigos, en torno a una mesa, con un buen vino y vehemente discusión; apasionado de su trabajo, de su familia, amigo leal. Qué duro resulta saber que la muerte ya no te dejará ser viejo, compañero.
Publicado en la Cartelera Turia
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